Y en 1730 estalló el volcán, la isla de Lanzarote otrora granero de las Canarias se quedó sumida en una nube gris que tardó 6 años en disiparse. Cual ave fénix, resurgió de sus cenizas para descubrir que lo que se recibió como castigo fue un regalo universal que transformó su fisonomía, su actitud y su vida cotidiana.

La lava que sin cesar fluyó durante años se fue posando, los campos arrasados quedaron cubiertos de rofe o picón, que es uno de los mejores sustratos para conservar la humedad que en esta isla no sobra.

Y Lanzarote se reinventó, sus gentes aprendieron a comunicarse con esa aparente yerma tierra que muy pronto mostró la maravilla de los cultivos en hoyos, los zocos. En la zona centro de la isla nacía una futura joya: La Geria, anímate a conocerla!!

Decir la Geria es decir Vino, lava, paisajes imposibles, trabajo….

La piel de la Geria está dibujada de zocos, de surcos, abrazos de piedra para proteger una uva tan delicada como valiosa.

El hombre y la Geria, siglos de historia que nos llevan a descubrir hoy en día un paisaje sin igual, un espacio en el que dejarse llevar por la potente visión que ofrece.

Por la noche, descubrirás que en la Geria no hay contaminación lumínica, que las estrellas lo ocupan todo y con una copa de vino local podrás disfrutar de un espectáculo sin igual.

Visita las bodegas de Lanzarote, conoce la gastronomía local: quesos, papas arrugás, mojo picón…

De la Geria a las estrellas, no dejes pasar esta maravillosa experiencia!!

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