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Las criptomonedas y el sector financiero pusieron en el foco de la actualidad esta tecnología hace ya algunos años, pero es mucho más que eso.
Una de las tecnologías más innovadoras que se ha desarrollado en los últimos años ha sido el blockchain, no solo por la versatilidad que tiene, también por la seguridad y confianza que ofrece. Asociada al manejo de grandes cantidades de datos, ha cambiado la forma de realizar transacciones, hacer contratos o comprar arte. Comprender qué es el blockchain y para qué sirve esta tecnología ayudará a entender mejor la seguridad del futuro.
El término blockchain se puede traducir de manera literal por “cadena de bloques”. En esta cadena (chain), cada bloque (block) está lleno de dato, es decir, la información se registra y se agrupa en bloques, y cada bloque funciona como un eslabón.
En realidad, se trata de una enorme base de datos que recoge y almacena la información de manera compartida y descentralizada. De esta forma se crea un registro que es único pero que a su vez generan copias sincronizadas, lo que hace imposible manipular los datos.
La idea de la cadena tiene que ver con la fiabilidad que aporta esta tecnología ya que los bloques guardan la información de manera lineal y no se pueden eliminar o manipular, porque cada bloque está conectado con el anterior, por lo que no se puede romper esa cadena gracias al uso de la criptografía. Esta cualidad resume la gran innovación que aporta en cuanto a la fiabilidad de los datos que después ofrece.
En esta gran base de datos se puede registrar todo tipo de operaciones digitales, desde la venta de una propiedad o la firma de un contrato entre compañías, hasta una patente, la adquisición de una obra de arte digital o de un NFT, según sean activos tangibles o intangibles.
Todo esto se registra en lo que se conoce como libro mayor distribuido. A estas grandes bases de datos tienen acceso un número determinado de personas autorizadas para cada red de bloques, que son quienes se encargan de introducir los datos en los bloques. Además, se trabaja en varios nodos, lo que permite que la información siempre esté disponible gracias a la capacidad de estos puntos para descentralizar y redistribuir los datos si fuese necesario. Así se garantiza la seguridad, accesibilidad y transparencia de cada registro.
La transformación digital ha convertido los datos en la materia prima imprescindible para las empresas. Y la tecnología blockchain ofrece una transmisión de la información rápida y eficaz, con la certeza de que no se puede manipular ni eliminar, como la firma digital.
Su capacidad para registrar de forma inalterable todo tipo de operaciones digitales facilita la autenticación, seguimiento y “trazabilidad” de dichas transacciones o activos registrados por medio de esta tecnología. La creación de esas “huellas” digitales ha provocado que su uso haya saltado tan rápidamente del sector financiero a otros sectores muy diversos como la distribución, la logística, la sanidad o la fabricación.
Las empresas, sin importar su tamaño, además pueden utilizarlo como un servicio, blockchain-as-a-service, para garantizar que la información con la que trabajan sea veraz, y conocer en todo momento el proceso que ha tenido dicha información: quién la ha generado, dónde y cuándo. Así mejoran pueden mejorar distintas metodologías y protocolos más eficientes.
Hace que el intercambio de datos sea fiable, lo que ayuda a generar confianza con los usuarios finales y evita los problemas como la duplicación de datos o el uso fraudulento de estos mismos. Además el hecho de que la información esté siempre accesible en todo momento, agiliza cualquier proceso. Todo esto se traduce también en una reducción de costes para empresas y administraciones públicas.
Gracias a que asegura que cada anotación sea única, la tecnología de bloques ha tenido un impulso tan potente por ejemplo en el desarrollo de los NFTs, y ha sido la solución en casos de robo o fraude ya que elimina la posibilidad de duplicar este tipo de activos y ayuda a encontrar el activo robado. Otro ámbito en el que cada vez se utiliza más esta tecnología es en el uso de los contratos inteligentes o Smart Contracts, que se ejecutan directamente sin la necesidad de intermediarios y sin la posibilidad de que se puedan alterar cualquiera de sus requisitos. o el almacenamiento de los informes médicos o la trazabilidad de los medicamentos.
Para entender qué es el blockchain hay que hablar de criptografía, porque sin el desarrollo de la criptografía, la tecnología de bloques no sería lo que es hoy, ni tendría las aplicaciones que tiene. ¿El motivo? Por las características que aporta esta disciplina matemática a la hora de proteger no solo la información, también las comunicaciones.
Existen distintos tipos de criptografías, y son estos, precisamente, los encargados de vincular unos bloques con otros, así como de proteger su contenido. Gracias al uso de una serie de algoritmos, se pueden generar claves criptográficas, ocultar la información a ojos de quienes no deben verla o proteger comunicaciones para que solo las personas implicadas en la cadena de bloques, puedan tener acceso a ellas.
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